miércoles, 30 de octubre de 2013

Telegrama surrealista a una editorial

Anoche tuve un sueño, una idea para mi próxima novela. Una pareja se enamora salvajemente y muere de éxtasis. Stop. Deseo desnudo, concupiscentes besos por el cuello de ella. Stop. Él se embriaga del olor de su piel. Arrebato antes del despegue del sol con sus rayos fulgurantes perpendiculares.

Stop. El calor balancea sus pensamientos lujuriosos y las horas derramadas huyen de un The End.

Stop. El delirio se enganchó a la espalda de los amantes, se olvidaron de sí mismos. Querencia de una tigresa blanca y un casanova con antifaz negro. Stop. Historia oscura, sucia, ilusoria, divina y ulterior...

La inanición y la soledad les embargó las semanas, los meses y fenecieron eróticamente. Stop.

Caos, todo era arrancar el caos de entre sus cuerpos, la insaciable búsqueda del sentido de la vida; después de esto, dónde estaba el amor y Dios. Qué restaba en aquel mundo de pantallas-espejos irreales entreteniendo 24/7 en el que rozarse era cada vez más naif.

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