Ella y él
El horizonte plagado de minaretes violáceos
los protege.
En el barco otomano él y ella se besan muy despacio.
El infinito y la nada
No tengo miedo a que llegue el alba.
No tengo miedo a que me alcance el plenilunio.
No tengo miedo al oscuro infinito.
No tengo miedo porque el miedo es la nada.
Seres acuosos
Me sumerjo en ti,
nadas detrás de mí,
sin respiración como peces mágicos,
abrimos los ojos y nos miramos.
Me quedo en el instante colgante.
Tempestades calmas
Firme ante el oleaje,
firme ante las velas caídas.
Firme y sin ahogarme en las negruzcas olas.
Con luminosa fe y sin brújula: firme.
Firme en el silencio nocturno,
bajo un cielo sin estrellas y un mar calmado.
Firme y confiada.
Tuya incondicional y sin alas.
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