"Nos movemos con los ojos cerrados y los oídos tapados: derribamos muros en los que hay puertas que esperan ser abiertas al tacto; buscamos a tientas escaleras, olvidando que tenemos alas; rezamos como si Dios estuviera sordo y ciego, como si estuviese en un espacio. No es de extrañar que no reconozcamos a los ángeles que andan entre nosotros." (Henry Miller)
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