sábado, 12 de enero de 2013

Cuento el osito perezoso: Capítulo I


La  prueba
El osito perezoso cuando veía los rayos del sol asomar por su ventana cada mañana, estiraba la manta mucho mucho. Se metía hasta el fondo en su cama-cueva y gruñía muy alto ¡Grrrrg, grrrg, grrrg, grrrg! No quería levantarse ni por todo el oro del mundo. Sentía como si unas piedras se hubieran pegado en sus ojos y no podía abrirlos.
Su madre al ver que no había manera de que saliera de ahí, cogía un cubo con trozos de hielo de la montaña y se lo tiraba por encima, hasta que del frío el osito se levantaba de un brinco. Así, un día tras otro, durante toda la primavera, el osito perezoso tiraba de la manta y su mamá le lanzaba hielos sobre la cama.

Cuando llegaba la hora de dormir, el osito perezoso quería seguir despierto pero su mamá le obligaba a irse a la cama para descansar y poder madrugar al día siguiente. Una vez en su cuarto, el osito hacía trampas y no se dormía, seguía jugando con sus soldaditos de plomo y encendía una linterna mágica por debajo de las sábanas que iluminaba toda la habitación.

Sin embargo, una noche en la que la luna llena estaba más grande de lo habitual, apareció un búho en la ventana del osito perezoso, pegó su pico al cristal y dio un par de golpecitos, ¡toc, toc, toc,toc!

El osito vio un pájaro con unos ojos enormes, se puso un poco nervioso, le abrió la ventana y el ave se presentó - ¡Hola!, soy el Sr. Búho y quiero ser tu amigo.

Después de dudar el osito le saludó, moviendo su patita peluda y sucia de un lado a otro y siguió jugando. El Sr. Búho lo estuvo observando un rato y luego le dijo que si le parecía bien estar despierto a esas horas - ¿No te das cuenta de que estás dejando de vivir por el día?

Como el osito no le hizo caso, el Sr. Búho ululó y el osito se asustó un poco. Se miraron fijamente a los ojos y el búho le preguntó - ¿Pero tú que eres un búho o un oso?

El osito perezoso contestó que él era un oso, entonces el Sr. Búho añadió - ¿Y por qué vives cómo los búhos, por qué estás despierto si es de noche? Si tú eres un animal diurno, ¡no entiendo cómo no estás durmiendo y aprovechas más el día!

El osito añadió - tienes razón, es verdad que a veces no aprovecho la luz del día, lo que pasa es que me he acostumbrado a vivir así y ya no puedo cambiar- , asintió el osito perezoso agachando la cabeza y con las orejitas temblorosas.  

Sin embargo, al Sr. Búho se le ocurrió una idea y le propuso compartir durante una semana la misma vida que llevaba él.  Ser un búho es fácil y divertido, sí a uno le gustan las aventuras pero también hay que ser valiente, tenaz y pasar muchas horas solo.

El Sr. Búho quería que el osito descubriera por sí mismo que podía ser divertido madrugar y disfrutar más tiempo del solecito rico. El osito quería empezar inmediatamente esta prueba, aunque el corazón le estaba empezando a latir muy rápido y los pelos de las patas se le erizaban sin querer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario