miércoles, 9 de enero de 2013

Microrrelato: Senectud primorosa


Un viejecito está en un banco dando de comer a unas palomas, saca del bolsillo de su chaqueta migas de pan mezcladas con monedas. El sol se colorea de mediodía y en el suelo del parque se va dibujando un telar de excrementos y hojas otoñales.

De pronto el anciano siente unas voces interiores, un ángel y un demonio se han acercado a su nuca y le susurran al mismo tiempo algo al oído. Se rasca fingiendo que tiene una pelusa, no quiere escuchar, suspira y sigue dando de comer a las torcaces más grises y pelonas.

Se ha quedado dormido con una cándida sonrisa, el silencio invade su espacio. Ángel y demonio lo desean como trofeo ulterior. Anochece y su cuerpo continúa en el banco frío, ladeado, las palomas desagradecidas le pican la cabeza y la luna le enfoca con ternura.

1 comentario: