Oda a lo viejo, a lo gastado y abandonado.
Oda a la desilusión, a olvidarse de uno mismo,
a sentirse perdido en los caminos de soles y lunas reventados.
Oda a lo amado, perdido y llorado.
Oda a la torpeza en enamoramientos,
Oda a los que contemplan como, a veces, uno se desquebraja por dentro.
Oda a añorar el deseo, a tornarse loco.
Oda a la vida, a los castillos que nos cuidan y a las torres que un día nos guiarán.
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